Imagina que vas a presentar tu proyecto o tu empresa a una persona relevante, como un hipotético socio o inversor, un trabajador que podría a incorporarse a tu plantilla, etc., pero tienes muy poco tiempo para hacerlo, pongamos que menos de un minuto. En ese escenario, es imprescindible tener un discurso de presentación claro, preciso, relevante y contundente, pero también muy breve, que sea capaz de despertar interés por lo que dices en esa persona. En esa situación, es necesario contar con un buen elevator pitch.
¿En qué consiste el elevator pitch?
Como bien deberías saber, el elevator pitch es un discurso o presentación muy breve, de unos 20 o 30 segundos, en el que presentamos un negocio o proyecto a clientes, accionistas, etc. Traducido del inglés significa discurso de ascensor, ya que hace referencia al tipo de presentación que haríamos si coincidiésemos con esa persona en un ascensor. El objetivo será posicionar la imagen sobre la empresa y el producto, así que es imprescindible diseñar un buen elevator pitch que nos permita llegar al público de forma efectiva.
Pasos para elaborar un elevator pitch correctamente
El elevator pitch no es algo que puedas improvisar, sino que debes llevar preparado de casa. Nunca se sabe cuándo vas a tener que presentarlo, y el paso previo para preparar nuestro elevator pitch es responder a las 6 preguntas clave de la presentación: qué producto o servicio se ofrece, cuál es el mercado, qué modelo de negocio hay, quién está detrás de la empresa, quién es el competidor y qué ventaja tienes sobre la competencia. Busca una respuesta breve y concisa a esas preguntas básicas, y podrás empezar a elaborar un buen elevator pitch.
Como no podía ser de otra manera, lo primero que haremos en nuestro elevator pitch será una breve presentación personal: nombre, apellido y cargo que desempeñamos en la empresa. El tiempo es oro y no podemos añadir nada más. De ahí pasamos a explicar de qué va el proyecto a partir de las respuestas a esas 6 preguntas básicas que acabamos de ver. Trata de ofrecer la información de una forma metódica y ordenada, no podemos avasallar a la otra persona con datos ya que lo único que harás es confundirlo.
Durante tu discurso debes transmitir la esencia de la empresa. También es muy importante ofrecer las cifras adecuadas, ya que si hablamos con un inversor o accionista lo que más le interesará son los datos financieros. Sobra decir que serán unos datos positivos. Una vez más, seleccionaremos con precisión los datos que incluimos en el elevator pitch para no desbordar a nuestro interlocutor, ya que si empiezas a repetir cifras difícilmente podrá captarlas todas.
Para completar el elevator pitch, es imprescindible darle al interlocutor nuestra tarjeta de contacto profesional, o la de la empresa, para que en caso de estar interesado o querer más información se pueda poner en contacto con nosotros y solicitarla. No esperes a que busque a tu empresa en Internet o en las redes sociales, la mejor forma de asegurarnos de que tienen nuestros datos de contacto es dándoselos nosotros mismos.
Lógicamente, la tarjeta de contacto tiene que estar actualizada, como cualquier ejemplo de elevator pitch. De vez en cuando lo repasaremos para actualizar los datos o introducir las modificaciones necesarias. Cuando lo prepares, es muy importante tener en cuenta que no hablamos de un discurso de ventas directo, sino de un mensaje verbal que complementa esa tarjeta de contacto que le vamos a dar a la otra persona. Ya habrá tiempo para los discursos de ventas en el futuro si el elevator pitch ha sido efectivo y nos solicitan más información sobre nuestra actividad.