El método de la cadena crítica apareció en 1997 de la mano del Dr. Eliyahu M. Goldratt. Lo hizo de la mano de otra teoría del mismo autor, la teoría de las restricciones según la cuál se identifican los cuellos de botella clave o factores limitantes que nos impiden acabar el proyecto. Lo que propone es que cada proyecto cuenta con una restricción principal, capaz de interrumpir el proyecto en su conjunto si se rompe la cadena más débil. Vamos a descubrir qué es el método de cadena crítica -CCM por sus siglas en inglés- y cómo implantarlo en nuestra organización.
Qué es el método de la cadena crítica o CCM
Como metodología de gestión de proyectos, el método de la cadena crítica nos permite supervisar los recursos esenciales y priorizar las tareas dependientes. De este modo, podremos concluir el proyecto lo más rápido posible.
De este modo, se ha convertido en un recurso de lo más utilizado en aquellos equipos que quieren hacer un uso lo más cuidadoso posible de los recursos. Las siglas CCM corresponden al anglicismo Critical Chain Management, aunque en ocasiones también aparece expresado como CCPM.
La cadena crítica cuenta con tres elementos. El primero es la ruta crítica, el conjunto de tareas que son imprescindibles para acabar el proyecto con éxito. En cada proyecto hay varios niveles de dependencia, la ruta crítica incluye el más destacado: si una tarea no afecta a la ruta crítica, pasa a otra ruta -cadena de alimentación. Precisamente la cadena de alimentación es el segundo elemento, y la componen el conjunto de tareas dependientes que se llevarán a cabo de forma simultánea a las de la ruta crítica.
A diferencia del diagrama de PERT que se centra en los vínculos y dependencias, la cadena crítica se centra básicamente en los recursos.
Por último están los buffers de recursos. Son una especie de salvavidas que nos ayudarán a completar el proyecto sin problemas. A su vez, se clasifican en tres clases: buffers del proyecto, de alimentación y de recursos. El primero es el tiempo extra entre la tarea final y el fin del proyecto, el segundo el tiempo extra añadido a la cadena de alimentación y el último son los recursos que se reservan en caso de necesidad como podría ser la ayuda de terceros.
Pasos para implantar un proyecto por cadena crítica
Antes de elegir una metodología de gestión de proyectos, y a la hora de aplicar un cronograma de ruta crítica existen cuatro pasos básicos que se deben realizar desde el inicio hasta el final de proyecto, considerando los recursos como principal eje a la hora de programar un proyecto:
- Identificar la ruta crítica. S la hora de desarrollar un proyecto mediante la CCM, lo primero que haremos será identificar la ruta crítica. Es nuestra guía, la base completa de la planificación. Por eso es fundamental identificar las tareas individuales que conforman la ruta crítica.
- ¿Cuántos recursos necesitamos? Nuestro siguiente paso será decidir los recursos necesarios. Aquí se incluyen tiempo, recursos humanos, herramientas, productos… Lo calcularemos tarea a tarea, tanto en la cadena crítica como en la de alimentación. A la hora de programar el proyecto en un cronograma de actividades, tendremos en cuenta las posibles restricciones de recursos, como pueden ser las vacaciones que se pueden tomar nuestros trabajadores.
- Agregar los buffers. Ahora que ya sabes los recursos que necesitarás, te resultará más fácil saber dónde colocar los buffers. También los recursos que se incluirán en cada uno de ellos. No olvides que el objetivo final de los buffers será evitar los cuellos de botella que nos acaban retrasando el proyecto.
- Asignar tareas: una por persona. El multitasking puede ser nuestro principal enemigo. El hecho de que los trabajadores compaginen diferentes proyectos o tareas puede llevar a distracciones que acaban perjudicando la productividad. Por no hablar del estrés o el cansancio. Por eso, cada trabajador debe asumir una carga adecuada para que se cumplan los plazos establecidos y no se formen cuellos de botella. Asegúrate de que no trabajan simultáneamente en más proyectos de los que deberían.